Conocer el entorno que te rodea, sus exigencias y cómo obliga a las organizaciones a transformarse
Comprender la necesidad de adaptarte, facilitándote las claves
Y hacerlo desde un entendimiento profundo de cómo somos las personas e interactuamos entre nosotros (palanca esencial del cambio)
Doce claves para avanzar en el reto más importante y díficil para el CEO.
Hacia modelos organizativos donde convivan la jerarquía para el trabajo habitual y los equipos innovadores que trabajan en red.
Desarrollar sistemas informáticos al servicio de la organización donde convergen lean y agile, y cómo es su encaje con legacy systems.
Esta forma de aprovisionarnos aporta elevados ahorros sin perder calidad.
La RSC no puede ser sólo acción social, tiene que buscar la sostenibilidad.
Norte y horizonte de la acción de la organización, que debe infundir en ella vida y sentido.
La necesidad de transformación de las organizaciones en un mundo en constante cambio.
Las nuevas formas de innovar en empresas más lean y agile, donde se movilicen las competencias de todos, cada uno desde su especialidad.
Nueva metodología clave para diseñar nuevos productos y servicios a partir de la creatividad de los miembros del equipo.
Conoce las nuevas técnicas para poner al cliente en el centro: su experiencia con nosotros, su “journey” de principio a fin.
Ante los cambios del entorno, actitud activa para crecer y ser valioso, asumiendo el riesgo de salir de rutinas conocidas.
Experiencias memorables de clientes, ventaja competitiva irrenunciable para las empresas.
Puedes ir a remolque en tu trabajo o ser protagonista de tu propia trayectoria.
Emprender dentro de la empresa es una opción valiosa para ti y la organización.
No es un don al alcance de unos pocos, sino la capacidad de todos de dar un paso más allá.
Ante los cambios del entorno, actitud activa para crecer y ser valioso, asumiendo el riesgo de salir de rutinas conocidas.
Relacionamos feedback con darlo y nos olvidamos de pedirlo para mejorar en todo lo posible.
Para nuestro éxito profesional es imprescindible gestionar activamente a nuestro jefe.
Es el de las preguntas, más colaborativo, ejecutivo y digital. Las respuestas vendrán después.
No debemos pedir tareas sin construir una narrativa que sitúe y estimule al equipo, dándole sentido a su labor.
El líder actual empodera, proporciona poder y medios a los que le siguen, más allá de delegar.
La persona empoderada asume la responsabilidad y las consecuencias, rinde cuentas con claridad.
El poder se puede ejercer desde el saber y la coherencia, o desde la simple jerarquía.
Aumenta la presión cuanto mayor es la inseguridad del jefe, sus dudas sobre el modelo o la inmadurez del equipo.
Es importante celebrar y recompensar los logros para compensar riesgos y esfuerzos.
No todas las equivocaciones son iguales. Si el esfuerzo es coherente con la información de partida, se aprende.
Los valores son principios que tenemos para decidir y solo se aprenden viviéndolos con coherencia.
Los conflictos, evitarlos —aunque no siempre se pueda— y saber manejarlos.
Cuando horas y días no alcanzan para lo que tenemos que hacer, algo no va bien.
Toda organización tiene una cultura implícita a ajustar cuando el entorno cambia.
Mientras solo trabajemos en silos y aisladamente, será difícil transformarnos. Cómo romper este aislamiento.
La IC permite mejorar las interacciones entre personas gracias a herramientas y a contenidos.
Colaboración y competencia interna son necesarias, pero hay que conjugarlas.
En las empresas seguimos necesitando a los mejores y pensar más cómo impulsarlos.
Nos pasamos el día en reuniones, demasiadas y muy largas, que pocas veces concluyen en acciones.
Conseguir el éxito como personas y como empresa exige construir buenas relaciones profesionales.
La empresa no es el lugar para buscar afectos, suele perjudicar a las personas y a la empresa.
La estructura informal es tan relevante como la formal. Hay que conocerla y sacarle partido.
Reconocer la dignidad del otro es el comportamiento mínimo para una convivencia realmente humana.
La peor decisión suele ser la que no tomas; sé consciente, aprende a decidir.
Un seguimiento sistemático de iniciativas lanzadas es clave para materializarlas.
No hay dos personas iguales; cada una es un proyecto único y no está garantizado que llegue a su plenitud.
¿Nacemos como somos o nos hacemos? Las personas podemos cambiar, pero ¿hasta qué punto?, ¿en qué?
Las personas envejecemos pero no siempre maduramos. Conozcamos algunas claves de la felicidad.
Entender esos mecanismos (inteligencia, memoria…) y descubrir tus posibilidades.
Lo que realmente mueve a las personas: poder, deseo-placer… Entenderlo para gestionarlo mejor.
Para saber qué rasgos de la personalidad podemos cambiar y cuáles solo modular.
Las personas pensamos secuencialmente y la multitarea tiene altos costes de transición.
Incurrimos sistemáticamente en sesgos al percibir la realidad. Al conocerlos podremos evitarlos.
Las intuiciones aportan pero también confunden; aprende a filtrarlas.
Los passion killers de las organizaciones. Cómo reconocer sus comportamientos y neutralizarlos con acierto.
El camino del éxito en un entorno de cambio constante supone resistencia y aprendizaje.
Podemos decidir ser protagonista de nuestra vida o ir a remolque: locus control.
Nadie nos ha enseñado a pensar. No es fácil, pero todos podemos mejorar un poco.
El miedo es una reacción necesaria que nos ayuda a sobrevivir pero también frena.
Las emociones aportan color y fuerza a la vida pero evitemos que nos avasallen.
Nuestra inteligencia “es la que es” pero se puede ejercitar y armonizar con otras capacidades.
Para no saltar a las conclusiones ni actuar sin dedicar tiempo a ver qué pasa.
Siempre ha sido importante pero ahora más; los anglosajones nos llevan ventaja en este arte.
¿Hablando se entiende la gente? Depende: no es lo mismo comunicar o debatir que deliberar.
El dominio de la palabra no es un lujo para el líder sino una palanca clave.
Entender este medio y saber twittear puede ser tan importante como aprender un idioma.
Un valor añadido, muestra de nuestro nivel de compromiso.
La autoestima es la base de nuestra felicidad y pasa por gestionar expectativas.
Reconocerlas y afrontarlas, como oportunidades para el cambio y la renovación.
A veces la situación aconseja no reaccionar, sino solo resistir hasta que llegue otra oportunidad.
Al igual que los deportistas, llegar preparado y descansado a los momentos importantes.
Los deseos son potentes motores de nuestra conducta pero al satisfacerlos volvemos al punto de partida.
Debemos habituarnos a tener más dudas que certezas y a seguir avanzando sin miedo.
Evitar enfrentamientos y malos entendidos en casa para tener la paz diaria indispensable.
Cuando se inicia una relación amorosa hay que saber qué la hará funcionar o fracasar.
Tener un hobby es mucho más que tener una simple afición. Nos equilibra la vida.
La persona culta es la que sabe comportarse adecuadamente en cada momento y entiende el mundo de alrededor.
Para ejercitar nuestro pensamiento crítico y abrirnos a nuevas realidades y personas.
Necesitamos completar el conocimiento especialista con uno más humanista para ir más allá de nuestra especialidad.
Aprender es un placer, y hoy en día también una imperiosa necesidad. No dejemos nunca de aprender algo.
La complejidad hay que reconocerla y afrontarla, no se puede reducir.
Para evitar ingenuidades creyendo en las fáciles recetas, infantilismos y engaños, aprendiendo a discernir.
Hemos asumido de pequeños creencias económicas, políticas, de salud… Es aconsejable revisarlas para no errar.
Seamos más selectivos en la información que consumimos y busquemos en vez de solo recibir pasivamente.
Empresas y líderes tienen que fomentar el auto aprendizaje de las personas.
Viejos y nuevos problemas requieren nuevas soluciones, con la persona en el centro.